La tercera es la vencida

Por Gastón Vera

EL Stade France era el escenario del partido inaugural de la Rugby World Cup 2007. No había ni siquiera una butaca vacía. Mucha, pero mucha gente francesa que se había acercado para darle apoyo a su selección. Y claro, Francia era el gran candidato a quedarse con el título, el mismo que se le había negado dos veces en el partido final (frente a Nueva Zelanda, en 1987 y Australia, en 1999).

Pero no todo comenzaba a salir como pensaban. Los Pumas empezaron dominando las acciones del juego. La efectividad de, el medio-apertura, Juan Martín Hernández para convertir los penales que cometían los franceses en tres puntos, ponían con una leve ventaja al equipo argentino. Aunque en el juego manual no había gran diferencia. Mucho empleo del pie y kick bien arriba para ganar terreno copaban la escena del partido.

Corría el minuto veintiseis de la primera mitad y Argentina ganaba 9 a 3. De la salida de un ruck, Hernández decidió poner la ovalada bien arriba. Pero la acción no salió bien. Los franceses recuperaron y salieron de contra. Sin embargo a los pocos metros, el mal manejo del juego manual derivó en que Horacio Agulla se encontrara con la guinda e iniciara el contragolpe. Ignacio “Nani” Corleto recibió el pase en cortada de Manuel Contepomi y corrió derecho a la bandera derecha del in-goal francés para apoyar el único try del partido.

Los Pumas estaban dando la sorpresa en el grupo más difícil del mundial (también estaba Irlanda). Al final, el resultado terminó a favor del seleccionado argentino, que por tercera vez consecutiva jugaba el partido inaugural del Mundial frente al país anfitrión (frente a Gales, en 1999 y Australia, en 2003). Pero esta vez, la tercera fue la vencida.